miércoles, 21 de enero de 2009

sábado, 17 de enero de 2009

Intrusismo profesional, un delito con presencia social.

Hace algunos meses un juzgado de Barcelona condenaba a un masajista por intrusismo y homicidio imprudente. El condenado, que actuaba como fisioterapeuta careciendo de la titulación oficial, realizó una infiltración intramuscular provocando una reacción alérgica que acabó con la
vida de la paciente. La situación descrita no está lejos de la realidad que vivimos donde casos
como este se oyen más frecuentemente de lo deseado. El intrusismo profesional existe y afecta a
la seguridad e integridad de quienes se exponen a él, en la mayoría de las ocasiones desde el más
absoluto desconocimiento. Lo peor es que a veces cuando se descubre ya es demasiado tarde. Por lo que nuestra profesión no es la única que sufre intrusismo, pero con la gran diferencia de que el intrusismo que sufrimos los periodistas no llegan a tener consecuencias tan fatales ,afortunadamente.

domingo, 11 de enero de 2009

El intrusismo profesional crece en las autonomías con colegiación voluntaria

El intrusismo profesional crece en las autonomías con colegiación voluntaria
Desde 2001 la libre colegiación es una realidad en cuatro comunidades autónomas de España (Andalucía, Extremadura, Asturias y Canarias) a pesar de la Ley de Colegios Profesionales. Según los presidentes de las corporaciones afectadas por las diversas normas regionales, su vigencia está favoreciendo el crecimiento del intrusismo profesional.

viernes, 9 de enero de 2009

No somos los únicos

Es cierto que el periodismo es una profesión con un excesivo intrusimo. Un instrusismo basado en personas que se hacen pasar por periodistas por el simple hecho de que se han hecho famosas por un minuto de gloria que han tenido en televisión. En la actualidad te da la sensación que antes de pedirte una formación adecuada para que puedas ejrecer correctamente la profesión, te piden que tengas gancho televisivo, que des audiencia que provoques morbo. Eso en realidad es algo demasiado triste. Sin embargo, esta profesión no es la única que sufre este fenómenos, ya que como se dice en la noticia siguiente, en el servicio sanitarioa tabién ocurre, aunque parezca aún más increible:

LA REGULARIZACIÓN DE LOS MESTOS, UNA PRIORIDAD

La Organización Médica Colegial ha pedido a Sanidad que en el borrador de homologaciones legalice la situación de los médicos especialistas sin título oficial
(mestos) que trabajan en el Sistema de Salud (SNS). La OMS considera esta regularización prioritaria a la equiparación de los médicos que no pertenecen a la Unión Europea con los nacionales, aunque, esto no implica «que haya que prescindir de los extracomunitarios, pero sí que la propuesta debe incorporar fórmulas para normalizar de una vez por todas la
situación del indeterminado número de mestos que aún ejercen en nuestro sistema
sanitario» ha aclarado el secretario general de la Organización Médica Colegial, Juan José Rodríguez Sendín. Además, el secretario general de la OMC ha denunciado que es imposible conocer el número concreto de mestos de los servicios sanitarios porque «hasta ahora
se ha pretendido ocultar estas irregularidades, y de eso son responsables todos:
desde las administraciones autonómicas que fomentan estas contrataciones con su pasividad hasta los servicios y gerencias que se benefician de la situación para cubrir sus necesidades de médicos».Por su parte, el vicepresidente de la OMC, Francisco Toquero, ha advertido
que la homologación masiva de facultativos sanitarios extracomunitarios «puede llevarnos a cometer agravios comparativos con otros colectivos, como los mestos de Pediatría o los médicos pre-95 que ejercen en primaria sin haber obtenido todavía el título de Medicina de Familia».
Este último colectivo superar los 7.000 según la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). Para Toquero, una alternativa a la homologación indiscriminada puede ser el reciclaje profesional patrocinado por el Colegio de Médicos de Madrid.

domingo, 4 de enero de 2009

martes, 30 de diciembre de 2008

domingo, 28 de diciembre de 2008

La precaridad laboral, la mala imagen y el intrusismo, lo que más preocupa a la profesión.

La precariedad laboral, el intrusismo y la mala imagen social de la profesión, son las principales preocupaciones de los periodistas, un colectivo que, no obstante, ha aumentado su grado de satisfacción en el último año, según la Asociación de la Prensa de Madrid (APM).
Así consta en el Informe Anual de la Profesión Periodística de 2006, elaborado a partir de una encuesta telefónica realizada entre 1.000 profesionales de toda España.
Según el informe, cada vez son menos los periodistas que quieren cambiar de empleo, aunque cuestiones clave, como la estabilidad laboral o las condiciones salariales (en ambos casos menores de lo deseable), siguen preocupando a este colectivo.
El porcentaje de periodistas que se muestra decidido a cambiar de profesión desciende en 2006, por segundo año consecutivo, pues en 2005 la proporción era del 36,9%, mientras que ahora es del 29,4%, según la APM.
Los motivos que impulsan a desear un cambio de empleo son los de años anteriores: las aspiraciones de promoción profesional (13,7%), el deseo de incrementar su sueldo (6,5%), y la necesidad de ganar en calidad de vida (6,4%).
Además, el informe llama la atención sobre el hecho de que una proporción importante de encuestados (el 5,4%), quiera cambiar de empleo por razones de prestigio, "lo cual da a entender que la imagen que muchos profesionales tienen del periodismo no es en absoluto positiva", según la APM.
La precariedad laboral vuelve a ser en 2006 el principal problema de la profesión, de acuerdo con los encuestados (se menciona en un 67,7% de los casos, frente al 63,6% de 2005).
El intrusismo laboral se mantiene como segundo motivo de preocupación (45,8%), y aumenta la percepción de que la imagen social de la profesión es regular (53,9%) o mala (22,9%).
Asimismo crecen las quejas por los bajos salarios (42,4%) y la delegación del trabajo en la persona de becarios y estudiantes en fase de formación (27,3%), mientras que el desempleo queda relegado al quinto puesto.